Anteriormente
al descubrimiento y aceptación de los números complejos, los conjuntos de los
números naturales, enteros, racionales y reales eran suficientes para encontrar
todas las soluciones de las ecuaciones de primer grado, y de algunos tipos de
ecuaciones de segundo grado.
Pero
existen ecuaciones de 2º grado cuya solución no pertenece a ninguno de los
conjuntos numéricos mencionados como, por ejemplo:
x2 + x + 1 = 0
Si
resolvemos esta ecuación aplicando la fórmula de resolución, obtenemos:
Estas
soluciones eran números rechazados en un principio, pues en el conjunto de los
números reales no existía la raíz cuadrada de un número negativo.
Por
tanto, para resolver ecuaciones de este tipo, se hacía necesaria la ampliación
del conjunto de los números reales y
poder aceptar de algún modo la raíz cuadrada de un número negativo.
Pero
si intentamos hallar la raíz cuadrada de cualquier número negativo aplicando
las leyes de la radicación de los números reales, vemos que se reduce a lo
siguiente:
Luego
la dificultad queda reducida a calcular la raíz cuadrada de - 1.
Se
llamó unidad imaginaria a este
número y se le denotó con la letra i.
Es decir:
La
unidad imaginaria no es un número real, por lo que se hace necesaria la ampliación
del conjunto de los reales a un conjunto numérico mayor, que se denominó
conjunto de los números complejos,
C.
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